Breve cuento me han pedido
Breve cuento me han pedido que escriba en muy poco rato; y aquí se enzarza este autor con atrevido relato que trata de un princesa y de un amor desgraciado.
La princesa una mañana, una mañana temprano, paseaba en el jardín, en el jardín de palacio. Iba triste la princesa pues la había despertado un sueño infausto y fatal, un sueño de lo más malo. El sueño fue tal que así y ahora paso a contarlo:
"En la mañana de Reyes al lado de sus zapatos la princesa se encontró el más precioso regalo que muchacha principal por siempre hubiera soñado. Eran unas perlas blancas montadas sobre dorado mucho más blancas que el nácar, y más finas que el topacio, serenas y transparentes como el agua de los lagos. Al ir a coger las perlas la princesa sufre espanto, pues de rojo carmesí se tiñen sus ambas manos. Era sangre que brotaba del corazón de su amado que escondido se encontraba de las perlas por debajo; de las dichas perlas blancas montadas sobre dorado, mucho más blancas que el nácar, y más finas que el topacio, serenas y trasparentes como el agua de los lagos."
Y su tristeza aumentó cuando vio que junto a un árbol el príncipe de sus sueños, transformado en frágil pájaro, yacía inane e inerte
en medio de un rojo
charco. A su lado una calandria con un lastimero canto desesperada y deshecha se encontraba sollozando pues los polluelos del nido sin padre ya se quedaron. La princesa comprendió de su príncipe el engaño y se dio la media vuelta y colorín colorado.
El sueño no fue
tal sueño,
Teodoro Martín de Molina. Granada, 11 de enero de 2017 |