Brevedad       


         Después de escribir y escribir sin haber alcanzado el más mínimo éxito, aquel escritor pensó en hacer algo original y decidió componer una obra en la que sólo usase monosílabos.

         “Yo sé lo que sé y lo sé muy bien”. “Si ves que te ven, ya es ver”. “Vi un haz de luz que me dio la fe”. “A flor de piel el sol te vio, mi bien”.  “El que fue y no vio, ni fue, ni vio”…

         Tras cientos y cientos de frases por el estilo llegó a la conclusión de que aquello no había forma humana de enlazarlo con un mínimo de coherencia. Como mucho conseguía intranscendentes poemas monosilábicos:

         “No sé si la piel de su faz

me da el ser o el no ser,

es paz o, tal vez, es mal

lo que tras de mí se fue”.

Solamente se sintió realizado cuando escribió la palabra “Fin”.

Hasta ahí llegó su breve trayectoria como escritor.

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