Crónica de la presentación en San Agustín - El Ejido (Almería) de "Gastronomía y poesía en La Alpujarra"

 en décimas improvisadas por Constantino Berenguer

 

Hoy vine a San Agustín

junto a mi bella guitarra

para ver de La Alpujarra

gastronomía y magín.

Es Teodoro Martín

quien con audaz poesía

envuelve gastronomía

a través de una receta

y en su papel de poeta

un libro nos escribía.

 

Esta es la presentación

con un vídeo impresionante

donde lo más importante

es hablar de la afición.

A través de una canción

con música de guitarra

en donde nuestra Alpujarra

en unas fotos muy breves

aparecen unas nieves

sobre una tierra bizarra.

 

Sus mensajes son los míos

con los cuales yo predico:

para que un pueblo sea rico

no puede perder sus bríos.

Para no quedar vacíos

necesitan nuestra ayuda

por tanto no queda duda

de que cuentan con mi abrigo

aun siendo un grano de trigo

que ve la realidad cruda.

 

Luego empieza el editor

en su corta intervención

demuestra la admiración

que tiene del escritor.

Se siente su protector

al exponer su tal sueño

a Teodoro, el rondeño,

que al beber en nuestra fuente

Teodoro Martín se siente

como un buen alpujarreño.

 

 

Con la voz de Carlos Cano

Teodoro comienza al fin,

y a través de su magín

se convierte en un paisano.

Yo le ofreceré mi mano

y, si es que la necesita,

que me conceda una cita

en su rincón con su leña

por ver cómo se diseña

otra receta exquisita.

 

Entre exquisitas quintillas

como en tan rica espinela

pone Teo en la cazuela

el puchero con morcillas.

Nosotros en nuestras sillas

con los oídos en enjambre,

al venir hoy de fiambre,

a través de sus mensajes

entre puchero y potajes

estamos matando el hambre.

 

Nos recuerda los sabores

de aquellas ricas comidas

que durante nuestras vidas

aliviaron los sudores.

Nos recuerda los olores

que cada olla desprendía

y tan buen olor salía

de cada olla cocinada

que el sudor de la jornada

en el plato se perdía.

 

Vinieron con la guitarra

y el trovo en cada violín

para oír en San Agustín

el arte de La Alpujarra.

La garganta se desgarra

entre notas musicales

y con quintillas geniales,

tras una lucha trovera

sin que a nadie se le hiera,

demuestran ser dos rivales.

 

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