1. JUSTIFICACIÓN

El trovo es como un veneno,

es veneno y es elixir,

con él te sientes tan pleno

que te animas a vivir

con pasión y desenfreno.

Con esa quintilla quise poner el punto, casi final, a mi querido libro Gastronomía y Poesía en La Alpujarra. En ella comienzo con una comparación entre el trovo y el veneno para, con más que prisa, en el segundo verso identificar al uno con el otro porque, para mí, el trovo es eso, un veneno. Es ese veneno que no mata sino que seduce, que te crea adicción, que hace que tu forma de vivir, que tu existencia, no sea la misma que antes de conocerlo, e incluso más una vez que te introduces en sus entrañas y comienzas a percibir sus matices, sus tonalidades, sus diferencias y sus similitudes con otras formas culturales que has conocido. El trovo no es solamente una forma de expresar la poesía, el trovo encierra en sí mismo toda una cultura que cuando te vas adentrando en sus intríngulis se va apoderando más y más de ti, de tu forma de entender muchas cosas a las que hasta ese momento habías vivido ajeno.

         En las distintas presentaciones que hice del libro citado, esta referencia a mi “enganche” con el trovo fue una constante y no porque viniera bien a fin de crear un ambiente efectista que animara a los asistentes a hacerse con un ejemplar del libro, sino que era la expresión de la más pura realidad de mi vivencia con el trovo en el corto espacio de tiempo que llevo, de algún modo, aproximándome a su mundo.

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