El día de San José se van cumplir cuatro
años desde que comenzara la guerra de Irak promovida, entre otros,
por el autor de la frase que da título a estas palabras. En aquella
ocasión los mismos que cada fin de semana se manifiestan por las
calles de España parapetados tras una mentira nueva o repetida, se
rasgaban las vestiduras ante las manifestaciones que en todo el mundo se
llevaban a cabo contra otra de las más burdas mentiras jamás
urdidas, la justificación de la guerra preventiva contra el régimen
irakí.
La vehemencia con la que el anterior presidente del
gobierno nos decía, desde su tele amiga y ante su entrevistador preferido,
a todos los españoles que lo mirásemos a los ojos y que lo
creyésemos cuando argumentaba que el motivo de la guerra era que en
Irak había armas de destrucción masiva, sólo tiene parangón
con el cinismo con el que su sucesor en el PP y adláteres políticos,
mediáticos y sociales, nos piden que les creamos cuando se manifiestan
porque nos quieren hacer creer que el gobierno se ha vendido a ETA, que
ha liberado o excarcelado a de Juana Chaos, que ha pactado con Batasuna
la anexión de Navarra al País Vasco, que detrás del
11M está la banda terrorista vasca (incluso llegando a insinuar que
detrás del atentado estaban las fuerzas de seguridad y el partido
socialista), que las leyes de educación si no tienen el sesgo religioso
(católico) que ellos defienden irán en contra de los principios
de la sociedad española, que la familia se iba a romper tras la aprobación
de la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, la desmembración
de España tras la aprobación del estatuto catalán (no
tras la aprobación de los otros aunque integren parecidos postulados),
que el gobierno denigra a las víctimas del terrorismo, que manipula
a los fiscales y a los jueces, etc, etc, etc.
Hace pocos días se cumplieron tres años
de la victoria socialista en las urnas, y dentro de unas pocas semanas se
cumplirán otros tantos de la formación del gobierno al que
los líderes de la derecha le auguraban una corta vida debido a su
debilidad, a pesar de la cual sigue adelante y, además, cumpliendo
su programa electoral y aprobando, casi siempre con el respaldo de todos
los grupos políticos (excepción hecha del popular, no faltara
más), las leyes que hacen que dicho programa se lleve a efecto, la
mayoría de ellas de marcado carácter social, de violencia de
género, de dependencia, de igualdad... Tampoco se deja atrás
el día a día y se siguen mejorando las comunicaciones (a pesar
de que los cercanías de Barcelona o las circunvalaciones de muchas
ciudades tengan días para olvidar), se mejora la sanidad, se construyen
más escuelas, se crea empleo (no cabe duda que mucho temporal) y la
economía en general, a decir de los que saben, marcha bastante bien
(aunque los bolsillos particulares tengamos otra visión al final de
mes). A pesar de los logros de este gobierno, las nuevas disposiciones legales
y los avances en diversos terrenos, la derecha ha tomado como estandarte
la lucha antiterrorista y desde el día 15 de marzo de 2004 hasta la
fecha, es su único objetivo, sin presentar alternativa alguna a cualquiera
de las demás políticas llevadas a cabo por el gobierno.
La “kaleborroka” de la derecha sólo pretende
formar ruido para que lo único que suene en este país nuestro,
sean las mentiras y falsedades que a ellos les interesan electoralmente,
pero que veremos si no se produce el efecto boomerang y se les vuelve contra
ellos mismos, porque el personal, pienso yo, está un poco hasta el
gorro de todos los días las mismas representaciones, sólo
cambian el escenario, el guión siempre es el mismo, y están
llegando a aburrir hasta a los suyos, de los que solamente se escapan esos
que cada mañana reciben la dosis suministrada desde determinadas
ondas.
A pesar de los pesares, de los intentos desesperados
por hacer que el “pueblo hable” anticipadamente, todo lo que el panorama nos
presenta hace prever que esta legislatura llegará a su término
en los plazos previstos aun con las “debilidades” de este gobierno, a las
que siguen apelando los populares cuando tratan de menoscabar su crédito
ante los ciudadanos.
Pero si a esos líderes que dicen que nos van
a salvar, no se sabe muy bien de qué, se les mira a los ojos de frente,
además de darnos cuenta de que su mirada estrábica, aunque
se empeñen, nunca mira al centro, siempre se escora más a
la derecha, volveremos a encontrar parecidas mentiras a las que hace
cuatro años sirvieron para fundamentar su apoyo a una guerra que hasta
la fecha (no sabemos cuánto durara aún) se lleva cobrada las
vidas de centenares de miles de personas, en su inmensa mayoría inocentes
y ajenos a los tejemanejes de los que la propiciaron.