Me gustaría glosar, Si acaso fuese poeta, Con metáforas e imágenes Y las palabras más bellas A tres familiares míos Que aquí, a mi lado se encuentran; Pero ya muy bien sabéis Los que tenéis la paciencia De leerme lo que escribo En prosa o de esta manera, Que mis poemas no van Más allá de una cuarteta, Un sonetillo o terceto, O romance de tercera, Así, con estas premisas Y con voluntad suprema, Aquí os dejo este romance Que de esta forma comienza:
Dicen que es octogenario El que pasa los ochenta Y en mi familia tenemos Varios que ya los superan, Francisquita y Salvadora Junto a Teodoro completan El trío de octogenarios Que un año tras otro llegan A todas las reuniones Que la familia celebra. Hasta aquí llegan tan frescos Sin emitir ni una queja De lo largo del viaje O de tanta carretera. Da gusto ver a los tres En actitud tan dispuesta Para seguir celebrando Las reuniones que vengan. A todos ellos da igual Si el lugar no está muy cerca, Lo que de verdad les gusta Es unirse a nuestra fiesta Que más o menos por marzo, En nuestra tierra o en ajena, Nos reúne a los que vamos Y a los que causas diversas Les impidieron venir Y gozar de su presencia, Mas estos, aunque no estén, Es igual que si estuvieran Pues los tenemos presentes Y comprendemos su ausencia.
De mi prima Francisquita, Ella que es la primogénita, Tan solo comentaré Que es la persona más buena Que se haya conocido Sobre la faz de la tierra. Siempre que fuiste a buscarla, Siempre allí estuvo dispuesta, Cuando algo le pediste Siempre te escuchó muy atenta Y para fea pregunta Tuvo bonita respuesta, Y nada más por ahora De la de Molina Ortega.
De Salvadora diré En estas contadas letras Que aunque no es de nuestra sangre Es lo mismo que si fuera; A nuestro lado la vi Desde que tengo conciencia Sin importar si fortuna Nos fue dichosa o adversa, Por eso la considero Como una más de las nuestras.
Y de mi primo Teodoro ¿Qué deciros yo pudiera? Fue mi maestro y mi amigo, Mi consejero y mecenas, Aquel que cuando llamé Atribulado a su puerta Jamás la tuvo cerrada, Al contrario, siempre abierta; Quien nos sabía ayudar De forma sabia y discreta Cuando por cualquier razón Se presentaba un problema, Y que al igual que Machado, Cuando con palabras juega, Bien puede decir de sí, Si su retrato lo hiciera, Que ante todo es hombre bueno, Como todo el mundo piensa.
Aquí termina el romance Que a los que pasan de ochenta Les dedica el más pequeño De todos los aquí quedan Y en el que intenté glosarlos Como si fuese poeta.
Teodoro Martín de Molina. 26 de marzo de 2011, fecha del 23er encuentro de los descendientes "de Molina Faura" |