(El Quijote en
romance por Teodoro Martín)
Portada e
ilustraciones de
Salvador Martín de Molina
A lo largo de toda su
historia, al noble, al bueno, al casto de don
Quijote, que solo vivía para su imaginada
Dulcinea, le han salido hijos por doquier en
forma de versiones y adaptaciones de todo tipo.
Recién cumplidos sus cuatro siglos de existencia
y cuando, asimismo, se conmemoran los
cuatrocientos años de la muerte de su autor,
esta versión en romance de El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha acomete la
tarea de acercar, desde otra perspectiva, la
obra de Cervantes a todos los lectores: los que
ya la han gozado y los que nunca se atrevieron
con ella. Y lo pretende bajo la melodiosa
cadencia del romance castellano y, en cierta
medida, se aproxima a los romances viejos en los
que sus héroes eran protagonistas de épicas
acciones cantadas por juglares y trovadores en
plazas públicas o salones palaciegos.
En este romance
(fruto de muchos años de dedicación) el héroe no
es otro que el más universal de todos los
personajes de la literatura española salido de
la pluma del más genial de nuestros escritores.